martes, 25 de febrero de 2014

Paraguas de colores

A veces me oigo decir...
¿para qué un blog teniendo twitter y todo lo demás?
Y otra voz responde para acabar aquí lo que empiezas allí.

Suelo dejarlo todo a medias,
pero cada vez menos.
A veces vomito y luego me tomo una tila.
A veces lanzo granadas y luego recojo los destrozos.

Un blog para coser los botones que andan por ahí sueltos.
Tengo frío y miedo, y ya no me vale cualquier abrigo.
Mi corazón es Berlín después de todas las batallas.
y no tengo ni ideas ni fuerzas para reconstruirlo.

Voy a comprarme un paraguas de colores,
como hizo Carmen Martín Gaite
para que el tiempo y todo lo demás me resbale.


Voy a soñar con Bergai, esa isla inventada por ella
y su amiga Sofía Bergara.
Voy a soñar con dielo que suena a cielo
y todos los apellidos de las pocas amigas que me quedan.

Y ahora y de momento y para ir tirando
me comeré bombones de la caja más hermosa
que nunca antes me habían regalado.

Tentaciones de colores que alegran días negros
Mil gracias Marina



miércoles, 19 de febrero de 2014

Escribir también es pintar

De lunes a lunes
y escribo porque me sale de las hormonas,
o de las neuronas locas,
o de las mismísimas trompas de falopio.

Escribo porque eso me ayuda a pintar los recuerdos
sobre este lienzo en blanco,
recuerdos de vivos colores como los de Tazacorte,
o Santa Cruz de La Palma y sus balcones.

Viajé con sus alas hasta una isla lejana,
hasta la Hacienda de Abajo
rodeada de un mar de plátanos.
Donde la arena es negra, el mar azul
y la espuma blanca.
Donde brotan flores de pascua
entre piedras volcánicas
y el verde es más verde que en Finlandia.

Escribo, pinto,
este cuadro del último viaje
donde también hubo arte,
el de la familia Sotomayor en nuestra alcoba,
en las escaleras, en el salón...
Arte de una bella Eva,
Eva Lilith y su padre Pereda de Castro.
Arte cantabrocanario por los cuatro costados,
malvasía tinto, papas con mojo picón,
alfonsiños naranjas, bananas,
besos y abrazos, a veces cansados.

Una luna llena alborotada.

Y una lámina que salió de tu bolsillo
para entrar en mi maleta.

obra de Eva Lilith



















 
Escribo, pinto un pequeño cuadro de un viaje efímero y raro.
Como todo lo éxotico que tiene la Isla Bonita.

Ahora solo necesito una habitación propia
con paredes para colgarlo.

lunes, 10 de febrero de 2014

Amelie con ojeras malva

A la pequeña Amelie le privan los bombones
pero ya no puede devorarlos
como lo hacía hace un año.

Aún así, se salta las reglas y cae en la tentación
de vez en cuando.
Después, el insomnio golpea su puerta y entra con violencia.
No logra concentrarse, el viento entra dentro.
Inconexa recuerda canciones de tristes letras
o películas con momentos inolvidables
como la de "Stockholm" y la persecución.
Ella quiere una escena como esa de ascensor
con música de cámara
y azoteas al día siguiente
pero sin dolor.


Hoy no, no cree en los milagros.
Pero solo hoy,
mañana volverá a tener fé.



 " y la vida siguió
                   como siguen las cosas
                                     que no tienen mucho sentido "


domingo, 9 de febrero de 2014

Ida y vuelta


Cierro el primer capítulo de lo que puede que algún día sea una novela,
recorro el laberinto de tu casa casi con los ojos cerrados,
en bragas y con calzas,
entro de puntillas en el dormitorio y te doy un beso en la mejilla,
regreso al salón frente al ordenador.

alyssamonks.com













Viajo hasta la Isla Bonita,
parques, museos, volcanes
y las palmas de tus manos
y los besos de tus labios.

Este es el último whatsapp
que envío para no despertarte.

jueves, 6 de febrero de 2014

Rojo y negro

Hay días en los que el fuerte viento
parece anidar en mi cerebro
y no hay manera de organizar esto.
Un viento negro que ordena dolor intenso
mientras podría suicidarme sin sentir nada.

Y hoy es uno de esos días, raros.
Huyo a la ciudad en busca de sentimientos
y me pierdo en la calle del recuerdo.


Deambulo sin sentido cual mariposa cegada
y acabo entrando en las salas Casablanca,
allí donde las butacas son rojas,
como el amor
como el dolor
como el desamor.

Una historia entre dos desconocidos
el juego de siempre
tu me buscas yo te miro
yo me escurro mientras tú apuestas todo
en el casino.

Stockholm es eso, jugar sin querer perder nada

Stockholm es un paseo por el centro de Madrid
una noche con mucho frío.


Cualquier otro día hubiera llorado a moco tendido,
pero hoy estoy tan fría como el invierno.