Adiós al tiramisú

Si se dan un paseo por el blog en el que escribia antes,

comprobarán que por estas fechas siempre hacía referencia

a Don Carnal con cierta expectación.

Eran días en los que mi ilusión crecía imaginándome personajes,

rescatando pelucas olvidadas o comprando maquillaje.

Este año es diferente.

Este año es blanco y negro y gris y pantanoso

y lluvioso y muy inestable.

Este año me he dejado arrastrar por el torrencial

y voy a salir vestida de negro, así, sin más,

porque estoy de luto, porque estoy viuda 

de muchos a los que he matado a sangre fría

y viuda de otros tantos que se suicidarán.

Viuda de quienes desaparecen cuando les llega el amor

y viuda de los que aunque no entienden, ni preguntan.

Viuda hasta del tiramisú,

de nuestro postre preferido,

cuyo inventor cierra el restaurante

ante la crisis galopante.

Tiramisú significa "tírame para arriba"

literalmente, y en esas estamos, arriba

cayendo contra el asfalto.

A ver a que sabe el nuevo dulce

que hemos de inventarnos.